La incorporación de la mujer en el trabajo llegó de forma repentina por una causa de fuerza mayor, la II Guerra Mundial, los hombres se marchaban al frente a luchar y ellas debían de realizar el trabajo para que no se parara la producción del país.
Con el fin de la guerra, la mujer ya no estaba inmersa en el ámbito doméstico, con ciudades devastadas era necesario una reconstrucción por lo que surgieron miles de puestos de trabajos nuevos, siendo positivo para numerosas empresas, puesto generaban una fuerte competitividad que se convertía en una gran eficiencia por parte de ellas, a estar deseosas de desenvolverse con la misma soltura de sus compañeros, surgiendo así el conocido tópico de "guerra de sexos"
La inserción de la mujer en el mundo laboral se consolida con la regulación del "Estado de Bienestar", se aumenta el nivel de vida de las familias, necesitando por tanto, más ingresos, ingresos adicionales adquiridos por el trabajo de la mujer y siendo determinantes los factores de matrimonios a edad más avanzada, planificación de la maternidad por la legalización de anticoceptivos, independencia de la mujer en el ámbito de la pareja y aumento de la tecnología doméstica.
A día de hoy, muchos años después de estos orígenes, subsisten resquicios machistas (desigualdad laboral, trabas en bajas de maternidad, o desequilibrio en el reparto de las tareas del hogar) pero nuestro Estado Social y Democrático ha ido evolucionando en los último años con nuevas medidas y ayudas en el ámbito laboral.
Con el fin de la guerra, la mujer ya no estaba inmersa en el ámbito doméstico, con ciudades devastadas era necesario una reconstrucción por lo que surgieron miles de puestos de trabajos nuevos, siendo positivo para numerosas empresas, puesto generaban una fuerte competitividad que se convertía en una gran eficiencia por parte de ellas, a estar deseosas de desenvolverse con la misma soltura de sus compañeros, surgiendo así el conocido tópico de "guerra de sexos"
La inserción de la mujer en el mundo laboral se consolida con la regulación del "Estado de Bienestar", se aumenta el nivel de vida de las familias, necesitando por tanto, más ingresos, ingresos adicionales adquiridos por el trabajo de la mujer y siendo determinantes los factores de matrimonios a edad más avanzada, planificación de la maternidad por la legalización de anticoceptivos, independencia de la mujer en el ámbito de la pareja y aumento de la tecnología doméstica.
A día de hoy, muchos años después de estos orígenes, subsisten resquicios machistas (desigualdad laboral, trabas en bajas de maternidad, o desequilibrio en el reparto de las tareas del hogar) pero nuestro Estado Social y Democrático ha ido evolucionando en los último años con nuevas medidas y ayudas en el ámbito laboral.
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